Muere James Gandolfini

Hoy perdemos a otro de los grandes, a sus 51 años ha muerto James Gandolfini, el irrepetible Tony Soprano, protagonista de la serie bajo el mismo nombre de la cadena estadounidense HBO; de un ataque al corazón mientras visitaba Roma.

Los Soprano estuvo en antena seis temporadas batiendo récords de audiencia, llegando hasta los 86 episodios, dónde los espectadores disfrutaron de los altibajos de Tony pero también de toda la familia.“Cuando me enseñaron el guion pensé que era maravilloso”; “Me acuerdo que durante la audición me repetía: Puedes hacer esto. Realmente pensé que iban a elegir a alguien más elegante, a alguien más atractivo a la vista”, comentaba el fallecido actor en una entrevista de 2001.

Gandolfini había participado en películas como La noche más oscura y alguno de los proyectos actuales incluían Animal Rescue o Criminal Justice.

Nació en Westwood (Nueva Jersey) el 18 de septiembre de 1961. Estudió en Park Ridge y en la Universidad de Rutgers, en la cual se licenció en comunicaciones en 1983. Gandolfini aseguró: “Lo que estaba claro es que yo tenía que ir a la universidad. Mi madre siempre decía que yo iba a ser el primer italiano universitario en Estados Unidos. Cuando llegué el primer día, el centro educativo organizó una fiesta con pasteles. Entonces me pregunté por qué había discutido tanto con ella. ¡Aquello era genial!”. Una vez graduado y antes de interesarse por la actuación, llevo a cabo diversos trabajos como: conductor de un camión de reparto,  encargado de discotecas y dueño de un bar en Manhattan.  Fue a los 25 años cuando comenzó a dar clases de interpretación, después de que un amigo le llevara.

Su carrera empezó en los teatros de Nueva York, debutando en Broadway en 1992 en Un tranvía llamado deseo junto con Jessica Lange y Alec Baldwin. Un año después participó en el rodaje de Amor a quemarropa de Quentin Tarantino.

En 1999 obtuvo el papel de Tony Soprano, dirigida por David Chase, en el que interpretaba a un jefe de una banda mafiosa de Nueva Jersey y padre de familia que sufre ataques de pánico. Con este personaje gano tres premios Emmy y un Globo de Oro al mejor actor.

Hasta siempre James Gandolfini.

140 caracteres para enganchar

140 caracteres para lucirse, para brillar. Estados que luchan en el ranking de los más «gustados», fotos, canciones y cualquier otro material audiovisual. Cómo nuestra vida más online que nunca hace que agudicemos el ingenio y nos exprimamos los sesos en cada post, con cada actualización o tweet.

Listas interminables de tweets sin sentido para hacer las delicias de nuestros seguidores, pero que sin saber cómo también provocan ese temido unfollow. Opiniones que se hacen públicas para medio mundo. ¿Quebraderos de cabeza o simples pensamientos? Esa red social dónde todos nos convertimos en jueces y verdugos, sabios dando los mejores consejos (que suelen ser lo refranes de toda la vida) y que hace protagonista a la mosca que se nos ha colado en la habitación esta mañana.

Sea por lo que sea, es «algo» que engancha. Nos interesa saber dónde está Fulanito y porque no ha quedado con Menganita (adoro estos nombres no se por qué no se aplican en la vida real Fulanito Pérez o Menganita Sánchez), luego seguimos un par de medios de comunicación para hacernos los interesantes y hacemos RT a «salvar a los galgos» pero realmente somos seguidores del aquí hay tomate, queremos cotillear y saber que se cuece (y enriquece).

Redes sociales en las que hasta que no entramos no nos enganchamos, pero una vez ahí, es un no parar y queremos ser los más activos del momento, ganar en seguidores y amigos, a nuestros propios seguidores y amigos. Ahora que se acerca el verano, les pido que disfruten del sol, la playa y la piscina, no hace falta que lo escriban tweets, disfruten, que las vacaciones deben de serlo en todos los sentidos.

LOMCE

La LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) es la propuesta de reforma educativa del ministro José Ignacio Wert, reforma que ha suscitado un arduo debate y numerosas críticas debido a la supuesta involución que su aplicación supondría.

Manuel de Puelles Benítez, catedrático de política de la Educación en la UNED hace una gran reflexión en cuanto a la problemática que tantas leyes educativas ocasionan: “La comunidad educativa se encuentra en la actualidad agobiada por lo que en alguna ocasión he denominado la “fatiga de las reformas”. No sé si somos conscientes de que en apenas 20 años, de 1980 a 2002, hemos tenido 8 leyes orgánicas de educación, de las cuales 2 se encuentran ya derogadas, 3 han sido sustancialmente modificadas y las otras 4 están en un proceso de revisión. Una educación para todos y entre todos exige que todos den su consentimiento a las grandes líneas de la ley.” Demasiadas leyes para un sector que necesita de unas bases estables sobre las que cimentar una estructura educativa sólida.

Con unos recortes en el sector educativo que superan los 6 mil millones de euros desde 2010, el ambiente para una reforma de semejante envergadura es un tanto hostil. Por ello, miles de persona han salido y salen a la calle para luchar por unos derechos que les son arrebatados con demasiada facilidad. Todos los días el colectivo Marea Verde defiende la educación pública por las calles de toda España. Con manifestaciones, charlas informativas, meras reuniones, clases en la calle… lo que sea para reivindicar un derecho fundamental.

De este modo, vemos movilizaciones como las del pasado 9 de mayo, histórica donde las haya: por la gran afluencia de manifestantes; por congregar a padres, alumnos y docentes de todas las etapas educativas; y por conseguir paralizar la reforma, aunque sea por poco tiempo. Después de la huelga, según fuentes gubernamentales, Wert no llevó su anteproyecto de ley al Consejo de Ministros del pasado viernes debido a que faltan por cerrar detalles de la “memoria económica”, aunque muchos colectivos aseguran que se trata de una pausa en pleno temporal.

Para leer texto completo, aquí

 

Qué hubiera pasado sin Luis Piedrahita

Sin este gallego posiblemente yo nunca me hubiera preguntado cómo narices se limpia un colador. De esos que no dejan pasar ni la harina. Porque el agua pasa, sí, pero no limpia, el jabón se hace fuerte con la harina o lo que queramos limpiar y el lavavajillas, bueno,  todavía no se ha modernizado en este aspecto tan singular y variopinto. No hay manera, no hay forma de limpiarlo el día que lo hemos usado. Pero pasados unos días o meses y lo necesitamos, para sabe Dios qué, por «no limpio» que esté (que no sucio) lo usamos. Porque sino no habría crisis, el presente y el futuro estaría en las empresas productoras de coladores, superando en ingresos a las telefónicas y eléctricas, pero nunca, a esa corrupción, a esos sobres que van de mano en mano, de boda en boda, llenos de dinero público, para particulares. De esos nunca habrá nadie que este por encima, ni la ley.

Si nos paramos a pensarlo, muchas acciones cotidianas, muchos objetos e instrumentos que tomamos y vemos como normales no lo son. Y fue él, Luis Piedrahita quién comenzó la paranoia de mucha gente y que a él le está haciendo rico y famoso: monólogos, libros de monólogos, vídeos… Piénsenlo. Yo desde entonces, me corto las uñas después de pelar mandarinas. Sirven para el ambientador del coche. Al igual que esos ambientadores de los coches que se llaman de pino, pero en realidad son abetos y no se quitan cuando dejan de oler, sino cuando se rompe la cuerdecita que los sujeta al retrovisor del coche en cuestión.

Ahora en serio, el ingenio de este humorista es innegable. Hombre polifacético donde los haya, desde NJ queremos rendirle nuestro pequeño homenaje. Aunque dicho así suene a homenaje póstumo, lo cierto es que a este gallego le queda mucha guerra por dar.

 

Mascotas. Y algo más

Unos van y otros vienen. Un ciclo permanente en muchos hogares vertebrados por una familia aparentemente feliz dónde se demuestra que la compañía es importante.

¿Que se muere el pez? Traemos otro en una bolsita. ¿Que la palma el hámster? Pues se reemplaza por una tortuga. Un dolor momentáneo, pasajero, que se va con la primera mosca que pase por delante. Y tras esa pérdida, una breve reflexión sobre la vida y la muerte. Sobre lo rápido que pasa todo, los pequeños detalles de la vida y los oscuros secretos de la muerte. Pero breve, eh, que el whatsapp nos reclama.

Tanta violencia nos ciega. Demasiada información nos satura. Frases que son hechos, realidades del presente que nos hacen ser cada día un poco más egoístas y un poco más fríos. Nos falta ese apego humano, que no material. Sentir de verdad y disfrutar de la vida viviendo, aprovechando al máximo cada instante antes de tener que bajar a por otra maldita bolsa con un nuevo Nemo.

La globalización, la crisis, las tecnolog..blablabla. Mierda todo. No nos da la gana de abrir los ojos porque los tenemos muy cómodos cerrados. Nosotros solos nos inmunizamos frente a las duras imágenes del día a día. Contra las injusticias y desigualdades. Está claro que lo que nos rodea no es bonito pero ¿alguna vez lo ha sido? La perfección no existe y hay que luchar el día a día, no hay madrugones que valgan, ni gente egoísta que nos empuja en el metro… La lista es interminable, ¿o la hacemos nosotros interminables? Lo que sí es interminable son las cosas buenas de las que nos podemos rodear: esa sonrisa del niño de cinco años fascinado al montar por primera vez en tren y contarlo a todos los pasajeros, un rayo de sol (uo, oh, oh) en días nublados, una cerveza al sol con los amigos, un buen libro, una fantástica película… Motivos no faltan. Cada uno elige aquello que le rodea.

Por favor. Cuida de tu pez antes de que sea demasiado tarde.

La voz

Este 2013 está siendo un año en el que se van muchos grandes. Muchos por la edad, pero otros antes de tiempo, como ha sido hoy, 12 de Mayo, Constantino Romero.

No sólo podemos recordarle por colchones Lo Monaco y prestar su voz en múltiples anuncios que inundan e inundaron la televisión y radio. Muy ligado al mundo radiofónico desde el comienzo de su carrera, pasando por televisión y teatro, destacando el doblaje tanto en animación como grandes blocksbusters, Constantino se hizo un brillante hueco en el panorama español.

En su faceta como actor de doblaje está considerado uno de los más prestigiosos de nuestra región. Aquí, por fortuna o por desgracia (más bien desgracia) la V.O. siempre estará en un último plano; como mucho con subtítulos en castellano, catalán, euskera o gallego para luchar contra nuestro nefasto nivel plurilingüe, perdiendo siempre detalles y expresiones. Si ni siquiera intentamos ver nuestras queridas películas y series, o cualquier otro material en V.O. nunca sabremos lo que nos perdemos, si podemos con ello o no. En el resto de Europa, el doblaje no es una opción, lo único que hay son subtítulos para apoyar. Intentémoslo. Crezcamos y acerquémonos a Europa.

Ha puesto voz a Sean Connery, Arnold Schwarzenegger o Clint Easwood. Papel estelar en Star Wars «yo soy tu padre» o «he visto cosa que vosotros no creeríais»  en una espectacular Blade Runer. Frases para el recuerdo, frases que marcaron una época y una generación que lloró con aquel gran padre león; Mufasa, que tanto nos hizo llorar con su «Papá, despierta. Tenemos que volver a casa». Voz y personaje se juntan ahora, dejando tras de sí recuerdos inolvidables en las mentes españolas.

Adios a este castellano-manchego nacido en Albacete, gracias por dar voz y vida.

El macho ibérico se despide

Hoy, 9 de mayo, día de manifestaciones varias, de gritos e insultos parlamentarios, nos deja alguien que ponía una nota de humor en nuestros días.

Alfredo Landa nos abandona a los 80 tras una vida haciendo reír y llorar a la sociedad española. Este pamplonica hizo más llevadera la década de los 70 con su humor absurdo y un tanto erótico, llevando la marca macho ibérico impresa en el pecho.Es cierto que su carrera fue más versátil que la imagen que todos tenemos de él. Tanto es así, que varios Goyas reconocen su arduo trabajo. Pero lo cierto es que mucho recuerdan sus películas más cómicas con jovencitas extranjeras.

Esto me hace plantearme qué nos gusta. Con qué humor disfrutamos, con qué reímos de la risa. A veces un simple chiste con tetas y pene nos saca la risilla tonta. ¿Inteligencia o absurdo? Una antítesis perfecta que refleja los pensamientos de medio mundo. Los modernos disfrutan del humor británico, mordaz y a veces excesivo. Lo otro es demasiado simple. Pero suéltales un chiste de pedos, ya verás cómo se ríen.

Por otro lado, hacer reír no es fácil. Al menos, arrancar una carcajada. La risa se contagia y ese es el mejor arma, comenzar a reí y narrar el chiste. El humor es complicado a la par que sencillo, el caso es encontrar el momento oportuno, la frase oportuna y el oyente adecuado. No todo vale. Los límites se establecen por algo. Pero nada supera esa sensación de rebasar uno. Ese ser malote por unos segundos y ver como tu compañero sonríe sabiendo que eso está mal, siendo cómplice por un instante del humor pesado.

En España siempre nos hemos caracterizado por este humor rudo y tosco. Por ese hombre de pelo en pecho que persigue a las jovencitas y les dice “todas las cosas que se podrían hacer con ella”. Un humor absurdo que gana cada día más adeptos. Un humor que plaga las series españolas, cada vez con más éxito y con una misma fórmula para conseguir que los espectadores se evadan. Pero al fin y al cabo, una forma de reírse.

Gracias al Landismo por enseñarnos que reírse es vital. Empezando por reírse de uno mismo, que es lo más sano que hay.

Por Alfredo, riámonos, que es lo más serio.

Desigualdades igualitarias

Todo cambia cuando menos te lo esperas. De un momento a otro, el aleteo de una mísera mariposa puede desencadenar el peor de los finales, y ahí estaremos nosotros, como sucios necios temiendo lo desconocido.

Somos rebeldes. Somos antisistema, anarquistas, comunistas. O socialistas o populares. Grupos que se creen fuertes, pero que temen lo desconocido. El qué vendrá. El qué dirán. Como siempre, somos incapaces de controlarlo todo. Y esa falta de control es la que nos acabará matando. No la falta en sí misma. La necesidad de ser los putos amos y no ser más que “uno más”, valga la redundancia.

Todos queremos destacar, necesitamos ser ese poquito más que marca la diferencia. Ese ser recordados.El problema, en los tiempos que vivimos, es el por qué ser recordados.

Antes eran filósofos, poetas, novelistas, actores de cine o teatro, ingenieros, médicos, gente innovadora y revolucionaria que luchaba por algo para todos.Ahora, es Bárcenas, el duque de Palma y demás políticos y banqueros que nos hacen plantearnos seriamente la bondad de la raza humana. La desigualdad. Los ricos y pobres de Robin Hood, que ya no parecen tan de cuento de Disney. La picardía. La desigualdad de las leyes.

Pese a eso, la masa, la gente de a pie, aquella que pasa desapercibida, es la que lucha por todos, la que debería ser protagonista de las noticias, la portada de los periódicos. Son ellos los que ayudan a los que menos tienen, los que dan limosna a los que más lo han necesitado siempre, pero que ahora son más. Las asociaciones de vecinos que se reúnen para formar bancos de alimentos para los más necesitados. Esos que siguen igual, aunque les quiten las pagas, les suban el IVA, les impongan el euro por receta, les reduzcan las vacaciones… Les roben derechos por los que generaciones pasadas tuvieron que pelear con uñas y dientes.

Estos son los verdaderos héroes, los novelistas, poetas, médicos… que ahora además de eso son: kioskeros, recepcionistas, peluqueros, funcionarios, ferroviarios, profesores, auxiliares… Son los que con lo que tienen, poco o mucho (pero nunca tanto como los de arriba) ayudan cuál Robin Hood a repartir las riquezas. Ahora no podemos robar, de hecho nunca se ha podido, pese a que cambie mucho la película en función de la cercanía al Congreso y Banca.

Por la lucha de la clase obrera. Feliz día del libro

El valor de la palabra

Casi nunca valoramos lo que tenemos, y siempre ansiamos un poco más, estemos dónde estemos siempre necesitamos ese plus, casi siempre material.

Las palabras siempre están ahí, pero están desapareciendo las que dicen cosas, las que con sólo pronunciarlas transmitimos sentimientos enormes, simples y llenas de significado. Ahora, es momento de inventar nuevas palabras, esas que ni los propios creadores entienden: crecimiento negativo, burbuja inmobiliaria o prima de riesgo. Términos sinsentido que nos acercan a valores abstractos. Dónde quedarán en unos años palabras cómo: compartir, viajar, derecho y deber a vivir, expresión de nuestro querido José Luis Sampedro, fallecido el pasado día 8 de abril, a los 96 años.

Pese a que todos lo conocemos, grave error si no, me gustaría hacer un breve repaso a su largo e interesante paso por el mundo. Fue economista, escritor y humanista barcelonés, aunque desde su nacimiento hasta los 13 años de edad vivió en Marruecos con su familia. Durante la Guerra Civil combatió en el bando anarquista; en 1944 comenzó sus estudios en Ciencias Económicas. Al mismo tiempo que era profesor y economista, también publicó diversas novelas. Una vez jubilado decidió seguir dedicándose a la escritura. Participó en el movimiento 15 M, con muchos de sus representantes y participantes ha mantenido charlas y conversaciones apasionantes; y escribió el prólogo de la edición española de ¡Indignaos! de Stéphane Hessel.

Os dejo con un enlace a su página web y la entrevista de Jordi Évole para Salvados de Enero de 2011.

En relación, con la palabra también quiero destacar una obra que no debéis dejar escapar si tenéis ocasión de ver: La lengua madre, monólogo de Juan José Millás que interpreta Juan Diego. Primero por que si la industria audiovisual (cine y televisión, principalmente) está perdiendo gran parte de su público debido a Internet; y aunque no podemos comparar el teatro con cualquier medio que nos proporciones las nuevas TICs (tecnologías de la información y la comunicación), ya que el teatro es espectáculo en sí mismo y puesta en escena. Una experiencia única que nadie más que este arte puede proporcionarnos.

Es una gran obra, en la que Juan Diego crea un personaje al que cogemos cariño desde el minuto uno, que nos hace reír, pero también llorar. Nos cuenta el valor de la palabra que para Juan José Millás es : «el único tesoro que es patrimonio de todos porque lo hemos construido entre todos. Y eso significa que todos y cada uno de nosotros somos coautores, por ejemplo, de El Quijote. Aunque también de los discursos de Nochebuena del Rey. Vaya una cosa por la otra».

Laura Martín.

Dramanagement

Es una nueva salida para la industria cinematográfica relacionada con el concepto de transmedia (contar una misma historia desde diversas plataformas empleando los recursos que nos proporcionan las tecnologías), en la que se emplea la narrativa del cine para transmitir mensajes que quieran las empresas mediante códigos story-telling.

En definitiva, contar una historia (cortometraje) para impactar a los espectadores y de esta forma se recuerde los mensajes de las empresas. Con el dramagement los mensajes son recibidos de una manera más positiva por parte del target (público objetivo) ya que la publicidad es considerada como algo que simplemente quiere vender a toda costa, agresiva.

Permite al sector del cine ampliar su abanico de posibilidades, y aunque a día de hoy todavía no son muchos, destacamos Cookie Box que ya llevo a cabo su segunda jornada de dramagement el pasado septiembre de 2012 en San Sebastián.

Según Cookie Box se trata de una experiencia en lenguaje cinematográfico que permite convertir ideas y mensajes empresariales en historias emocionantes, efectivas… memorables.

En tiempos de crisis, cualquier iniciativa es buena y nunca sabremos cuál será la que saque poco a poco al sector cinematográfico del momento complicado en el que se encuentra, si históricamente ya había sido siempre delicado.

Laura Martín.